miércoles, 11 de enero de 2012

Restaurante Doña Clara, comer con los cinco sentidos


El restaurante Doña Clara está ubicado en la Plaza de los Andes, en el Barrio Heliópolis, una zona tranquila y residencial de Sevilla.
Un delicioso menú de degustación para tres personas 75 euros, calidad garantizada.
Al entrar ya percibes el buen ambiente que crea la hospitalidad del dueño y de su jefe de sala. Se puede solicitar una ruta por el corazón del restaurante. El almacén contiene diversos congeladores y frigoríficos para colocar por orden los alimentos, y además, contiene una de las partes fundamentales para un buen restaurante, la bodega, que está compuesta por una gran diversidad de tipos y marcas de vino, desde los más asequibles a los más exquisitos. La cocina está distribuida con la lógica necesaria para ofrecer un servicio rápido y de calidad. Un 10 sobre 10 al servicio.
La bebida estaba en su punto exacto, de aperitivo pusieron cerveza, bastante fría pero no tanto como para acaparar su sabor, y sí lo suficientemente como para tomártela fresca de principio a fin, con unas aceitunas de manzanilla deliciosas. Pedimos vino tinto al ser servidos en la mesa, un vino exquisito, intenso en el paladar pero suave al llegar a la garganta, su sabor es sumamente agradable y combina a la perfección con  el menú que le acompaña. 10 sobre 10 a la bebida.
De entrantes tuvimos paté de philadelphia con frutas, dulce, acompañado de bizcotes, muy bueno, paté de riñones o hígado, con mermelada de naranja y pasas, también con bizcotes, no hecho especialmente para mi paladar, pero tan bueno como para poder apreciar su rica textura. De primeros, ensalada tibia con lechuga iceberg, langostinos con bechamel, jamón de pavo y queso camembert, exquisita, aunque con demasiada lechuga, y revuelto de bacalao, genial. Como segundo, presa ibérica a la plancha con patatas fritas y un poco de verduras, excelente, el único fallo estuvo en la guarnición, las verduras estaban frías. El variado de postres es muy completo, y tienen unos postres caseros para chuparse los dedos. Un 8 sobre 10 a la comida.
El local y la decoración son muy acogedores, bastante amplio y con terraza, en la que puedes comer con tapas y raciones por un precio más asequible. El ambiente es agradable, hay una gran palmera en medio del local que da sensación de armonía y naturaleza. Un 9 sobre 10 al local.
La nota global es un 9,25 sobre 10, un sitio maravilloso en el que puedes comer en cualquier momento, un almuerzo de empresa, una cena romántica, un cumpleaños, servicio rápido y atento, y te vas satisfecho pero no tan lleno como para tener que dormir la siesta, a menos de que te pases con el exquisito vino de su bodega.
No podéis perderos el degustar al menos una vez, un buen vino y una comida o cena excelente.

Espero repetir algún día, que disfrutéis tanto como yo J

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