El restaurante Doña Clara está ubicado en la Plaza
de los Andes, en el Barrio Heliópolis, una zona tranquila y residencial de
Sevilla.
Un delicioso menú de degustación para tres
personas 75 euros, calidad garantizada.
Al entrar ya percibes el buen ambiente que
crea la hospitalidad del dueño y de su jefe de sala. Se puede solicitar una
ruta por el corazón del restaurante. El almacén contiene diversos congeladores
y frigoríficos para colocar por orden los alimentos, y además, contiene una de
las partes fundamentales para un buen restaurante, la bodega, que está
compuesta por una gran diversidad de tipos y marcas de vino, desde los más
asequibles a los más exquisitos. La cocina está distribuida con la lógica
necesaria para ofrecer un servicio rápido y de calidad. Un 10 sobre 10 al
servicio.
La bebida estaba en su punto exacto, de
aperitivo pusieron cerveza, bastante fría pero no tanto como para acaparar su
sabor, y sí lo suficientemente como para tomártela fresca de principio a fin,
con unas aceitunas de manzanilla deliciosas. Pedimos vino tinto al ser servidos
en la mesa, un vino exquisito, intenso en el paladar pero suave al llegar a la
garganta, su sabor es sumamente agradable y combina a la perfección con el menú que le acompaña. 10 sobre 10 a la bebida.
De entrantes tuvimos paté de philadelphia con
frutas, dulce, acompañado de bizcotes, muy bueno, paté de riñones o hígado, con
mermelada de naranja y pasas, también con bizcotes, no hecho especialmente para
mi paladar, pero tan bueno como para poder apreciar su rica textura. De
primeros, ensalada tibia con lechuga iceberg, langostinos con bechamel, jamón
de pavo y queso camembert, exquisita, aunque con demasiada lechuga, y revuelto
de bacalao, genial. Como segundo, presa ibérica a la plancha con patatas fritas
y un poco de verduras, excelente, el único fallo estuvo en la guarnición, las
verduras estaban frías. El variado de postres es muy completo, y tienen unos
postres caseros para chuparse los dedos. Un 8 sobre 10 a la comida.
El local y la decoración son muy acogedores,
bastante amplio y con terraza, en la que puedes comer con tapas y raciones por
un precio más asequible. El ambiente es agradable, hay una gran palmera en
medio del local que da sensación de armonía y naturaleza. Un 9 sobre 10 al
local.
La nota global es un 9,25 sobre 10, un sitio
maravilloso en el que puedes comer en cualquier momento, un almuerzo de
empresa, una cena romántica, un cumpleaños, servicio rápido y atento, y te vas
satisfecho pero no tan lleno como para tener que dormir la siesta, a menos de
que te pases con el exquisito vino de su bodega.
No podéis perderos el degustar al menos una
vez, un buen vino y una comida o cena excelente.
Espero repetir algún día, que disfrutéis tanto
como yo J
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